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¿Oimos o escuchamos? La escucha en nuestros hijos.

Publicado: 2012-07-05

Los niños de hoy son mucho más despiertos que en generaciones anteriores, debido a la cantidad de estímulos sensoriales a los que están expuestos, cada vez desde más pequeños.

¿Cómo hacer cuando tu hijo no te escucha? -me preguntaron en la entrevista.

Practicar lo que en Inner Healers llamamos "escucha desde el corazón" que incluye la técnica de "escucha activa" es una habilidad o talento que todos podemos desarrollar a través de la práctica.

Al igual que comentábamos en la escucha en la pareja, la diferencia entre usar el sentido del oído para oir mientras pensamos o hacemos otra cosa, y la "escucha activa", técnica de comunicación que requiere que ambos interlocutores tomen parte igualmente activa en lo que se dice para generar un diálogo saludable, es importante. En la "escucha desde el corazón", el que oye debe re-preguntar o re-frasear en sus propias palabras lo escuchado para asegurarse de haber entendido lo que el otro le quiere transmitir y no asumir ni dar por sentado. De esta manera, en lugar de esperar para hablar o distraernos de lo que se nos está diciendo, escucharemos atentamente tomando parte activa y proactiva en la comunicación.

Practicar la "escucha desde el corazón" incluye estar ahí en un 100% para la otra persona, incrementando la calidad del tiempo compartido, tan importante en un mundo en el que tenemos más de una responsabilidad.

Como padres, al "escuchar desde el corazón" enviamos a nuestros hijos el mensaje de que son lo suficientemente importantes como para tener toda nuestra atención cuando estamos con ellos, los hace sentir valorados, queridos, importantes, previniendo e incluso resolviendo así problemas que podrían generarse debido a la falta de atención.

Recordemos que nuestros hijos modelan nuestras conductas desde muy pequeños. Si cuando estamos en la mesa con ellos preferimos atender el periódico, el celular, el IPad o algún libro antes que estar ahí para ellos, no solo buscarán maneras negativas de llamar nuestra atención sino que además modelarán esa actitud con nosotros, con los profesores o con cualquier otra persona que requiera su atención y escucha.

Aquí unos sencillos pasos para escuchar a tu hijo:

Deja a un lado lo que estás haciendo.

Mira a tu hijo a los ojos.

Dale toda tu atención.

Escucha lo que dice.

Comenta sobre lo que crees haber entendido.

Si luego de esto tu hijo concuerda en que lo que has entendido es lo que te quiso decir y te ha hecho una pregunta, respóndele.

Si no te ha hecho ninguna pregunta, comenta algo más sobre el tema, para comunicar que entendiste bien lo que te dijo.

Si no entendiste lo que te quiso decir, pídele que te aclare lo que intenta decirte y repite los pasos 4 y 5 hasta entenderlo.

Cuando hablamos con nuestros hijos, es importante transmitirles que "les abrimos la puerta" antes que "les cerramos la puerta".

Para transmitirles que "les abrimos la puerta", nuestras frases deben ser respuestas que no incluyan evaluación o juicio, como por ejemplo:

¿Tú qué piensas?

¿Te gustaría opinar más al respecto?

Esa es una buena pregunta.

No lo sé, voy a averiguarlo.

Me interesa lo que dices.

¿Sabes lo que eso significa?

Lo que dices suena importante para ti.

¿Quieres hablar de eso?

En lugar de frases que transmitan que no queremos tener un diálogo con ellos y por lo tanto "les cerramos las puertas", por ejemplo:

Eres muy joven para entender/Lo entenderás cuando crezcas.

Si vuelves a decir eso, yo...

Eso no te incumbe/Ese no es tu problema

No me importa qué piensan/hacen tus amigos.

¿Por qué me preguntas eso?

Lo hablaremos cuando tengas que saberlo.

Tú no tienes que saber sobre eso.

A mi no me busques si haces algo que está mal/si lo echas a perder.

Las técnicas que incluyen asustar a nuestros hijos no dan resultado porque incluso cuando llegan a la adolescencia, no tienen idea de la magnitud de la realidad, así que si le decimos "tal cosa sucederá si lo haces" entienden que "tal cosa" le sucederá a alguien más antes que a ellos. Es mucho mejor pedirles que ordenen la habitación con un mensaje concreto en el aquí y ahora antes que asustarlos, pues el asustarlos les genera dolor y nuestra respuesta ante el dolor suele ser alejarnos. Además, no siempre cumplimos con hacer aquello con lo que lo asustamos, por lo que perdemos credibilidad y el punto de apoyo que genera la disciplina cuando firme.

Hoy que la vida avanza a pasos agigantados, que todo es para ayer y que la globalización y la tecnología nos ofrecen enorme oportunidades de comunicación en relación a lo que sucedía cuando nosotros éramos niños, es importante cuidar la comunicación con nuestros hijos para así darles la seguridad que necesitan en el desarrollo.


Escrito por

Luciana Stiglich

Directora de Inner Healers, ofrece una opción alternativa y complementaria a la medicina convencional, a través de un consultorio de tratamientos alternativo-complementarios, clases de meditación y talleres terapéutico-alternativos.


Publicado en

Inner Healers' Blog

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