¿Cansado de sufrir por amor?
El otro día me comentaban lo difícil que puede ser aceptar que alguien no es para nosotros, tomar la decisión de cortar por lo sano y mantenerse en esa posición el tiempo suficiente para poder mirar hacia otro lado. Para sustentar su opinión, esta persona citaba en su Blog fragmentos de un artículo donde una chica compartía experiencias propias que podemos tomar como señales de que alguien no está interesado en nosotros, aún cuando no nos lo diga directamente. Estas señales tienen que ver con evaluar si la relación está siendo recíproca ó no. ¿Lo/la llamas más de lo que él/ella a ti? ¿Lo que hace y dice concuerda? ¿Es constante, puedes contar con él/ella? ¿Te valora y prioriza su tiempo para compartir juntos? La pregunta importante para mi, no solo en cuanto a lo que cuenta en su Blog sino en cuanto a todo lo concerniente a lo que yo llamo relaciones tóxicas, es la siguiente: ¿Te valoras tú?
Luego de conversar con ella, me llegaron varios mensajes, por escrito y a través de reuniones con amigos, clientes y alumnos, con lo que decidí dedicar toda esta semana a hablar sobre el Amor de Pareja, en adelanto al Taller que dictaré este mes sobre ese tema.
Entre las cosas importantes de mencionar, está el aprender a no sufrir y a no hacer sufrir a otros. El Amor per sé no incluye sufrimiento, somos nosotros quienes los relacionamos debido a un sinnúmero de cosas guardadas en cada una de nuestras mochilas. Es por eso que hace dos meses concentré mi trabajo en el Perdón, el mes pasado en la Paz y este mes es Amor. Conceptos que usualmente consideramos de una manera demasiado genérica para hacerla propia, sobre los cuales busco que tomemos conciencia a través del concepto "Inner Healers - Healing from the Inside" que creé en el 2005 y sostengo a la fecha.
Se sufre demasiado por amor, ésa es la verdad. Incluso los que se vanaglorian de estar perfectamente acoplados a su pareja, en lo más recóndito de su ser, a veces albergan dudas, inseguridades o pequeños miedos anticipatorios respecto a su futuro afectivo. Nunca se sabe… ¿Quién no ha sufrido alguna vez por estar con la persona equivocada, por sentir un bajón en el deseo o simplemente por la caricia que nunca llegó? No hay nada más hipersensible que el amor, nada más arrebatador, nada más vital. Renunciar a él es vivir menos o no vivir.
Esta cita de Walter Risso nos lleva a tratar de entender que todos nosotros, en algún momento, experimentamos decepción en el Amor. En cuanto al Amor de Pareja, es interesante observar los tres aspectos que nos dice suelen estar contenidos en nuestras relaciones.
Eros: Nos recuerda la etapa de enamoramiento, cubierta por un velo mitad Venus mitad Neptuno, por la que solo nos permitimos ver aquello que nos refleja de manera admirable. De aquí parte el deseo, el “te quiero poseer” como un “mi propiedad”. El experimentar esta etapa como dos egoísmos que se encuentran y comparten nos lleva a la segunda etapa.
Philia: Esto es lo que conocemos como la “amistad de pareja”, la cortesía y complicidad. Si bien parte del amarse a uno mismo a través de los amigos, se obtiene alegría a través del compartir los años, del crear una comunidad de dos. Philia centra a Eros, le da forma y estabilidad.
Ágape: Parte de la ternura, el renunciar utilizar la fuerza para pelear, a cambio de experimentar empatía por el dolor del otro. Es la compasión que sentimos cuando ese alguien nos necesita. Este aspecto pues, completa los dos anteriores.
Según Risso, la alteración de cualquiera de estos tres aspectos es lo que nos genera sufrimiento.
Retomando la palabra “decepción”, quisiera que tomemos en cuenta lo siguiente: Nosotros somos quienes atraemos a estas parejas ó salientes ó como les quieran llamar. Los atraemos y les ponemos carteles enormes que se basan en el reflejo de nuestros propios miedos. Eso son las expectativas.
Todas estas personas que representan nuestros pasados, presentes y futuros tóxicos, suelen tener conductas generales para enseñarnos algo. Ese algo siempre tiene que ver con el valorarnos y amarnos a nosotros mismos antes que a nada ni nadie en este mundo. Así de mucho.
Greg Behrendt nos habla de la persona típica con la que enganchamos más veces de las que queremos confesar. Esa persona que está cansada de buscar trabajo ó del trabajo que tiene, ya sea por las horas que le demanda, porque no ha logrado posicionarse en la manera en la que espera ó porque hace algo con lo que no se identifica. Esa persona que tuvo una ó muchas relaciones terribles, que sigue escogiendo bajo el mismo patrón ó que está lidiando con una separación difícil. Esa persona cuyos padres no le presentaron un hogar armonioso, cuya familia es disfuncional y dice por eso tener problemas para confiar, entre otras cosas. Esa que dice que solo piensa en trabajar, porque quiere llegar alto ó porque quiere encontrarse a si misma primero. La que acaba de hacer un cambio importante de país, de trabajo, de casa, y que apenas esté más tranquila dejará a su pareja ó trabajo para poder dedicarte más tiempo.
Todos estos personajes que aterrizan en nuestra vida, insisto con decir porque nosotros los atraemos, están hechos de excusas. Nuestras excusas. Prueba de ello es que cuando dejamos de excusarlos, “misteriosamente” desaparecen, la mayoría de las veces dejándonos a solos preguntándonos qué fue lo que pasó.
¿Cuándo sufrimos? Aquí algunas de las señales que Behrendt y Tuccillo consideran deberían activar nuestra función “date la vuelta… ¡Y corre!”, más conocida como “Next!“
No te está invitando a salir.
No te llama.
No están saliendo.
No tienen relaciones sexuales.
Él ó ella tiene relaciones sexuales con alguien que no eres tú.
Solo te llama ó busca cuando está ebrio(a).
Están en una relación pero no se proyecta a formalizar algo contigo (si, casarse).
Está terminando la relación que tiene contigo.
Está distanciándose de a pocos ó ha desaparecido de pronto de tu vida.
Está casado(a) ó cualquier otro tipo de variación insana de “no disponible”.
Se comporta de manera egoísta, agresiva, etc.
¿Te sientes identificado(a) con algo de esto? Genial. Busca un papel y lápiz y comienza a desarrollar cada una de las ideas en relación con tus propias experiencias. Una vez que lo hayas hecho, estarás listo(a) para lo que sigue.
Aceptar que tú tampoco quieres esa relación. En el fondo, tú buscas algo totalmente distinto, algo que te llene, pero crees que reduciendo tus standards lograrás, cuanto menos, compañía. Llegó el momento de ser honesto(a) contigo mism(o)a.
Veamos aquí algunas de las señales que cita Ian Kerner para entender que somos nosotros quienes nos ponemos la soga al cuello:
No te gusta del todo pero igual te acuestas con él/ella.
No te gusta del todo pero (si eres mujer) tú también puedes tener sexo como un hombre.
No te gusta del todo pero (si eres mujer) eso no impidió que él tuviera sexo contigo, como un hombre.
Estás saliendo con él/ella “mientras tanto”.
Qué te queda, no hay hombres/mujeres valiosos(as) en el mercado.
Todos tus amigos(as) se están casando, están casados ó son casados con hijos.
Te sientes atrapado(a) en esto de salir.
No te gusta tanto… ¡¿Pero cómo no le vas a gustar tú?!
Te has dado por vencido(a) en el amor.
Hoy en día tenemos a nuestra disposición muchas más opciones para conocer gente. Léase redes sociales. Desde el genérico Facebook hasta páginas de citas como Match.com (pasando por Twitter, MySpace, Blogs y otros tantos etc), la velocidad para integrarnos como sociedad aumenta cada vez más. Si bien conozco parejas felizmente casadas que se han conocido de esta manera, creo que depende más de lo que estemos buscando antes que del medio que utilicemos para encontrarlo. A lo que me refiero es, una vez que aprendemos quiénes somos y qué queremos realmente, comenzamos a atraer aquello que nos hace felices, sin importar el medio que utilizamos para ello, porque tenemos las cosas tan claras, que dejamos de conformarnos con cualquier cosa.
A grandes razgos, esta es la orientación que voy a dar al tema esta semana. Dejo el post aquí mientras termino de desarrollar el Taller.